Concierto emocionante y magistral del músico madrileño Antonio Vega, que actuaba por primera vez en el Palau, en un concierto muy especial ya que se cumplían dos años del fallecimiento de su compañera sentimental Margarita del Río, “la mujer que me lo dio todo por nada y a la que he consagrado mi vida entera. Lo que me quede, de ella”, a la que está dedicado su último álbum ‘3.000 noches con Marga’ (Emi, 2005).

Suena de fondo el instrumental ‘3.000 noches con Marga’, como una caja de música donde Antonio guarda su tesoro más preciado, Marga, en forma de diálogo con ella, y con la que nos introduce en el concierto.

El concepto de unidad que Antonio da a sus discos, se ve reflejado esta noche, en forma de homenaje a sus seres queridos, a Marga en infinidad de canciones (3.000 noches con Marga, Ángel de Orión, “lo que la vida nos dio, ni la distancia ni el tiempo nos lo quitó”, o Me quedo contigo, una versión de Los Chunguitos, que Marga animó a que llevara a su terreno); pero también a su exmujer Teresa (Elixir de juventud), a su hermano Carlos y su cuñada Mercedes (Mis dos amigos) y a sus padres (el blues ‘Hablando de ellos’, “de ellos aprendí a hablar y necesité entonces escribir, de ellos aprendí a escribir, necesité entonces cantar, de ellos aprendí a cantar, entonces necesité cantarles… a ellos”, llegó a decir en el año 94).

También evoca su juventud, en su época de alpinista (La última montaña), con la que abre el concierto. Y narra la leyenda de ‘San Antonio’, una historia romántica.

La emoción empieza a adueñarse del Palau cuando Antonio sorprende hablando en catalán: “Bona nit amics de Barcelona. Aquesta nit és molt important per a mí per dues raons. Una: estic aquí al Palau de la Música, un lloc molt especial. La segona raó es que es compleix avui un altre any des de que vaig deixar a mi estimada Marga”, donde el madrileño muestra su espíritu abierto y tolerante, en tiempos que otros tratan de confundir

Se busca a sí mismo en ‘El sitio de mi recreo’ -su mejor creación-, y en ‘Háblame a los ojos’ -autocrítica a su invencible timidez-.

Desde Madrid les ha acompañado Chema Vargas, que debutará próximamente con el álbum “Mundo en espiral” y en el que Antonio ha colaborado en el tema ‘Escrito sobre el viento’, que nos interpretan esta noche. La historia de la canción sigue la línea emotiva del concierto, ya que casualmente coincide con una fecha muy especial para Antonio -“hay un sitio donde espero cada 11 de febrero”- por lo que Chema se la dedica ‘a ell i a la seva Marga’.

Guiños a la figura de Van Gogh en ‘Ángel caído’, con la sola presencia del maestro Basilio Martí al teclado. Le sigue -de nuevo con la banda al completo- ‘Caminos infinitos’, corte magistral de su último disco con influencias de la música americana de los setenta.

Las dependencias que han acompañado al músico se reflejan en ‘Se dejaba llevar’, arrancando la ovación del público. Trata la irreversibilidad del tiempo en ‘Pueblos blancos’ y en ‘Estaciones’ -“hoy es suficiente y mañana demasiado”-. Y se identifica con los grandes espacios en ‘Océano de sol’.

Ya en los bises, recuerda su etapa en Nacha Pop: ‘Una décima de segundo’ muestra su pasión por el mundo de la física y, ‘como’ ‘si’ ‘nada’, el concierto llega a su fin con ‘Chica de ayer’, todo un himno generacional.

Se cierra la caja de música. Y no hay nada mejor que imaginar que podamos seguir disfrutando de su música y que nos sorprenda con nuevo disco en el 2007, en su 50 aniversario.

Hasta la próxima, maestro!.