En la Sala Bikini y dentro del 17 Festival de Guitarra de Barcelona el korista maliense Toumani Diabaté, que se dio a conocer en la península con los discos Songhai 1 y 2 que grabó junto a Ketama, presentó al lado de la Symmetric Orchestra su último trabajo ‘Boulevard de l’Independance’ que es el nombre de una calle de Bamako que une Mali con el resto de territorios del antiguo imperio mandinga, símbolo de la resistencia cultural de los malienses y su lucha por la independencia.

En ‘Boulevard de l’Independance’ Diabaté ha tomado los antiguos temas del imperio mandinga, de 400 o 500 años atrás, y los ha puesto al día con arreglos modernos, al mismo tiempo que los nuevos temas los interpretan al estilo tradicional. Esto concuerda con la orquesta de baile ‘Symmetric Orchestra’, compuesta por músicos de varias generaciones y nacionalidades como Mali, Senegal, Níger, Burkina Faso y Gambia, desarrolla la música tradicional africana combinando sus instrumentos ancestrales como la kora (arpa-laúd de 21 cuerdas), el balafón (xilofón tradicional africano) y el djembé con los eléctricos (teclados, guitarras o bajos), modernización que les permite comunicarse con el mundo entero.

Durante las más de dos horas y media de concierto el público, seducido por la explosión de ritmo en constante diálogo entre los instrumentistas y vocalistas así como por la magia de la sonoridad y expresividad de la Kora, se asomó a la cultura musical y a las tradiciones del imperio mandinga de las que Toumani disertó con esa mezcla de orgullo, dignidad y humildad que hacen de él un ‘griot’ moderno, un gran comunicador que cree en el poder de la música y la palabra para solucionar los problemas de su país. El concierto fue una auténtica fiesta, una actuación espectacular a la que el público respondió con entusiasmo y admiración.

Toumani que ha dado a conocer la Kora internacionalmente, no es solo un virtuoso de este instrumento sino que además desempeña un papel muy importante en su comunidad como profesor, compositor y como transmisor de la tradición musical de su país. Toumani fundó, construyó, financia y dirige una escuela de música de Bamako ‘Mandinka Music Productions’ donde la juventud aprende a tocar los instrumentos tradicionales y a bailar.

Toumani lleva toda su carrera luchando por mantener al día la tradición de la kora y por educar a las nuevas generaciones. Es el director de “Mandinka Kora Productions”, que se encarga de promover la kora en todo tipo de actos culturales. Es también profesor de kora y de música tradicional y moderna en el Balla Fasseke Conservatoire of Arts, Culture and Multimedia.

Entretanto allí conoce y entra en contacto con otras culturas y tradiciones musicales que le aportarán nuevas ideas, por ejemplo, de su contacto con la música clásica de la India nace su “jugalbandi” (diálogo musical entre dos instrumentos) que desde entonces se convierte en una de sus señas de identidad.

Toumani nació en los años 60 en Bamako (Mali) en una familia excepcional de griots con 71 generaciones de músicos de kora transmitida de padre a hijo. El más notable era su padre, Sidiki Diabaté (c. 1922-96), nombrado rey de la kora en el prestigioso “International Black Arts Festival Festac” en 1977, y que ha sido toda una entidad e inspiración para los músicos de hoy día. Sidiki nació en Gambia y era de padres malienses; se trasladó a Mali después de la Segunda Guerra Mundial, en donde se hace famoso por su estilo caliente y virtuoso (estilo del que Toumani será heredero).

Después de la independencia de Mali en 1960, Sidiki fue invitado a unirse a la “Ensemble National Instrumentale”, junto con su primera esposa, madre de Toumani, la cantante Nene Koita. Sidiki y Nene contaron con los favores del primer ministro Modibo Keita, quién les cedió la tierra en la cual hoy día continúa la casa familiar, por debajo del palacio presidencial en Bamako. Éste era el ambiente musical en el cual Toumani fue creciendo, sin embargo su forma de aprender fue autodidacta.

Una enfermedad de niñez lo dejó con una pierna paralizada que le ha forzado a caminar toda su vida con muletas. Esto por supuesto ha afectado a su movilidad, pero no a su espíritu. En un país como Mali, en el que los servicios de asistencia social son prácticamente inexistentes, Toumani ha tenido que recorrer un difícil camino para llegar al lugar que hoy día ocupa. Actualmente dedica gran parte de su tiempo a ayudar a las personas con discapacidades físicas en Bamako.

Todo un prodigio, Toumani comenzó a tocar la Kora a los cinco años. En aquella época se creó en Mali un programa de actividades con la finalidad de animar a los conjuntos regionales a ser representantes del folclore local. Toumani fue reclutado por el grupo de la ciudad de Koulikoro (unos 60 kms. al este de Bamako) con el que hizo su debut ante el público a la edad de 13 años y obteniendo una gran ovación.

En 1984 Toumani se une al conjunto musical que acompaña a la gran diva Kandia Kouyate, la cantante femenina más conocida de Mali; con ella viaja a todos los rincones de África con tan sólo 19 años de edad. Desde este primer tour fuera de Mali, Toumani ha viajado a lo largo y ancho del planeta, en alrededor de 2.000 conciertos.

La primera visita de Toumani al Reino Unido fue en 1986 acompañando a otro cantante de Mali, Ousmane Sacko; al final de la gira decide prolongar su estancia en Londres durante siete meses. En este periodo graba el que será su primer disco en solitario, Kaira, a los 21 años. Fue el primer disco grabado hasta el momento con una kora como único instrumento; lo grabó en una sola tarde y sin descansos en un estudio de Londres. Todavía hoy es un éxito de ventas y se le considera uno de los álbumes de kora de mayor calidad de la historia.

Entretanto allí conoce y entra en contacto con otras culturas y tradiciones musicales que le aportarán nuevas ideas, por ejemplo, de su contacto con la música clásica de la India nace su “jugalbandi” (diálogo musical entre dos instrumentos) que desde entonces se convierte en una de sus señas de identidad.

Su primera colaboración importante fue con el grupo español Ketama, que surgió en gran parte por coincidencia. Toumani fue invitado a participar en una fiesta en Londres en 1988 y Ketama, pertenecientes al mismo sello, estaba allí también. Comenzaron a hacer palmas al ritmo de la música de Toumani y éste quedó impresionado de la mezcla y de la comprensión surgida. Al día siguiente fueron juntos a la casa de la periodista Lucy Duran y en pocos minutos estaban haciendo una música sublime que parecía surgida de una colaboración de años, ambas tradiciones se daban la mano en perfecta armonía. El resultado de este encuentro fue Songhai 1, con temas como “Jarabi”, una síntesis perfecta entre la kora y el flamenco.

Este espíritu de colaboración continuó en 1992 con la elaboración por parte de Toumani de un proyecto con la ‘Symmetric Orchestra’ titulado Shake The Whole World y editado sólo en Japón y Mali, que confirmó su reputación de rebelde.

En la primera mitad de los 90, ahora de vuelta en Bamako, Toumani comienza a rodearse de gran cantidad de músicos jóvenes excepcionalmente talentosos, tales como el brillante Ba Sekou Kouyate con el Ngoni, y a cultivar un sonido propio con una base instrumental catalogado como jazz-jugalbandi-griot de donde surgirá el álbum Djelika.

Por esta época llegan a Mali los sintetizadores, guitarras eléctricas y cajas de ritmos, pero Toumani se mantendrá totalmente al margen de estos avances de la técnica encontrando otras maneras de modernizar la tradición, desde una perspectiva totalmente acústica. Al mismo tiempo viaja a Madrid para grabar Songhai 2, que él considera incluso mejor que la primera experiencia.

Toumani es un miembro activo y dinámico de la comunidad musical de Mali, respetado por todos. Ha participado en otros muchos proyectos discográficos en el país y en el extranjero, por ejemplo en el debut discográfico de Ali Farka Touré en “World Circuit, en el álbum Papa (ganador de un Grammy) de Salif Keita y en Kassi Kasse (nominado a los Grammy en el 2004) de Kasse Mady Diabaté.

En 1996 en la ciudad de Nueva York crea, en compañía de escritores, artistas y académicos, el que será el primer CD de arte africano, titulado The Inroad of Africa. En 1998 grabó un álbum de kora a dúo junto con Ballake Sissoko, titulado New Ancient Strings, tributo al disco editado por sus padres en los 70 (el clásico Cordes Anciennes) y un nuevo intento de acercar la tradición a las nuevas audiencias. Con este mismo espíritu surgió Kulanjan, disco realizado junto al bluesman Taj Mahal.

En 2001 se edita Jarabi–Best Of Toumani Diabaté, álbum que consagrará a Toumani como el mejor músico de kora del mundo. Su siguiente disco, Malicool, lo hará junto a Roswell Rud, trombonista de free jazz, y será un nuevo paso en su desarrollo musical.

Diabaté es también el último artista que colaboró con el recientemente fallecido Ali Farka Touré, junto a quien grabó, en el 2005, In The Heart of The Moon premiado con un Grammy.

En los últimos años Toumani ha estado disfrutando del reconocimiento por su contribución al desarrollo de la kora y como figura dominante de la música africana.