El festival de cine digital de Barcelona, apuesta por una programación abierta, y transversal, dónde las realizaciones accesibles, la creación y la música, convergen en un proyecto activo, escaparate de la creatividad de muchos más ámbitos que solo el cine, y es por eso que deciden abrir el festival con la actuación del sexteto catalán Love of Lesbian, presentado su segundo disco en castellano (y quinto de la banda) “cuentos chinos para niños del Japón”.

Una sala Apolo muy llena espera con entusiasmo la aparición de Santi y lo demás, rozando las diez de la noche, acompañados por pantallas en todas las paredes de la sala de Nou de la Rambla, aparecen los seis, dispuestos a poner en el escenario el espectáculo al que nos tienen acostumbrados.

El primer tema del concierto “Universos infinitos” adelanto del disco y probablemente buque insignia de la recopilación. Una letra exquisita, unas armonías tremendas y una buena ejecución, son los ingredientes que nos muestra este tema y que serán la constante en la actuación, además de sus dos grandes referentes, The Beatles y The Cure, que continuamente van apareciendo a lo largo de los cortes.

Repaso a los temas de este último largo, dónde interpretan canciones tan divertidas como “Villancico para mi cuñado Fernando” estampa navideña que a más de uno sonará por la proximidad de la situación y que probablemente puede ser uno de los temas más recordados del disco. Entre temas del “Maniobras de escapismo” como “Houston, tenemos un poema” y “Maniobras de escapismo” nos ponen en el escenario “Noches reversibles” un gran tema que no pasa desapercibido ni en el disco ni en el directo.

Como ya es tradición en los conciertos de los lesbianos, el momento de los bises, es probablemente el más deseado por ellos mismos, donde acostumbran a perder las formas y ponerse las caretas, los gorros, las orejas de ratón, e interpretar la canción de la vecina Marlen. Acaban el concierto con la versión en catalán de Siwa, donde el público decide acompañarlos en el escenario y cerrar el concierto con una gran fiesta sobre este.

¿La receta para hacer tan grandes directos y tan bonitos discos? Una coctelera donde introducir a seis treintañeros, con síndrome de Peter Pan en forma de cubitos de hielo, un Roland MC con olor a un ron añejo, un teclado que suena exquisitamente y produce un sabor dulce, los típicos instrumentos de acompañamiento (bajo, guitarra), una guitarra acústica que hace delicias, y una peculiar voz con grandes dosis de interpretaciones surrealistas y cotidianeidad. Agitarlo, agitarlo, que rápidamente notaremos como baja fresquito, y nos altera la visión.