La segunda edición del Summercase que en Barcelona tuvo lugar en el Parc del Fòrum los días 13 y 14 de julio se convirtió en un éxito sin precedentes. Si la primera edición superó todas las expectativas, esta segunda batió los récords en venta de abonos. La organización, que a momentos se vio desbordada por la gran afluencia de público, tendrá que ir asumiendo de cara al año próximo la mayoría de edad de este festival, que se está convirtiendo en uno de los pioneros a nivel nacional. El festival aglutinó durante un fin de semana a artistas de la talla de Arcade Fire, The Chemical Brothers, Scissor Sisters, PJ Harvey, OMD, The Flaming Lips, Air y OMD, entre otros.

Los cientos de asistentes al concierto de PJ Harvey demostraron con creces su devoción hacia la cantautora inglesa. Tanto es así que tuvieron que soportar más de una hora de calor infernal en la carpa que albergó el concierto. Y es más, el público sobrepasó los límites del recinto, y eran frecuentes las quejas acerca de las pequeñas dimensiones del auditorio ante un concierto de tanto pedigrí. Pero Polly Jean Harvey estuvo en todo momento a la altura de las circunstancias y se atrevió con un español su generis con un afectuoso “mucho, mucho gracias”.

PJ Harvey ofreció un concierto crudo, acompañada sólo por su guitarra y su piano. Desgranó temas de toda su trayectoria musical, desde su primer disco “Rid of me” hasta el último “Uh huh her”, pasando por su etapa más “limpia” de “Stories from the city, stories from the sea”. Aunque parece impensable que su desgarradora y potente voz no alcanzase todos los rincones del auditorio, sí hubo problemas debido al solapamiento de sonidos de los diferentes conciertos que se ofrecían simultáneamente.

Y ese mismo viernes les tocó el turno también a la célebre banda de Oklahoma, The Flaming Lips. Dejando el pabellón de la psicodelia bien alto, apareció en escena un Wayne Coine en el interior de un balón transparente de plástico, que se deslizó entre el público a bordo de la burbuja. Entre confeti, globos de colores, disfraces de Papa Nöel e imágenes impactantes en la pantalla, tuvieron al abundante público bajo los efectos de la “hipnosis” durante la hora larga que duró el concierto.

Repasaron temas de su abundante discografía, con temas de “Yoshimi battles the Pink Robots” o “The Soft Bulletin”, pero deteniéndose sobre todo en su último disco, “At War With Mystics”. De hecho, pusieron el punto y final al concierto con el segundo tema de este disco “Free Radicals”. Esta banda puede gustar o no, pero siempre es un gustazo poder ver y oír su “parafernalia” visual y sonora en sus conciertos.

Y bien entrada la noche llegaron uno de los más esperados del festival, por los cuales Sinnamon ha tenido que apostar duro para traerlos ante la inminente llegada del enemigo Benicàssim: los canadienses Arcade Fire. Y la apuesta resultó beneficiosa, porque deslumbraron al ferviente público con un directo digno de poner el vello de punta. Empezaron con su famoso y nuevo single “Keep the Car Running” de su último disco “Neon Bible”.Y como son, aunque no lo parezca, sólo dos los discos los que han sacado hasta la fecha, el repertorio pudo satisfacer los paladares de todos los asistentes.

Sonaron “Black Mirror”, “No cars go”, Neighborhood#2” (Laïka). Y un momentazo digno de mención fue cuando sonaron los primeros acordes de “Neighborhood#1 (Tunnels)”, tema esperadísimo y al cual los asistentes entregaron un montón de aclamaciones. Y para que todo no fuese demasiado previsible, los de Montreal sorprendieron al público con una versión en su estilo del conocido tema de France Gall “Poupée de cire, Poupée de son”. Y sorpresas a parte, el final puso un punto y final apoteósico, con el sonido de órgano del tema “Intervention”, de su último disco. Arcade Fire cumplió las altas expectativas de su público, convirtiéndose su actuación en una de las más loables del festival.

Y el sábado tocó el turno entre otros a los atmosféricos Air, que ofrecieron un concierto tranquilo, donde más de uno se sentó al suelo dejándose llevar por los juegos efectistas de luz y por las sedantes melodías del dúo francés. Sonaron temas de sus últimos discos “Pocket Symphony” (2007) y “Talkie Walkie” (2004), pero sobre todo recordaron sus inicios con los esperados “Femme d’argent”, “Sexy Boy”, “Kelly Watch the Stars” y “Remember” de su pistoletazo de salida musical “Moon Safari” (1998). También recordaron su momentazo mediático al frente del film “Las vírgenes suicidas” de Sofia Coppola, con el tema “Highschool lovers”. Fue un concierto agradable, relajante, y el espacioso entorno del escenario al aire libre ayudó en gran manera a poder disfrutar del sonido envolvente de los Air.

Y llegaron los siempre esperados The Chemical Brothers, amontando a buena parte de los asistentes al festival delante del escenario. Ofrecieron un concierto que, como de costumbre, fue visualmente potente, con una serie de hipnóticos juegos visuales en una gran pantalla que obedecían el ritmo de sus temas.

Apostaron por muchos temas de su recién salido disco “We Are The Night”(2007), aunque claro está que no podían faltar los temas estrella del dúo inglés, “Hey Boy Hey Girl” o “Block Rockin’Beats”, temas que el numeroso público bailó al unísono, aún y haberlos escuchado en infinitas ocasiones. El concierto, aunque contaba con un público saciado de los conciertos del día anterior y de los del mismo día, fue leal al dúo electrónico y se desmelenó hasta casi la salida del sol, que marcó el final de la segunda edición de este festival. Summercase será un nombre que habrá que recordar en el futuro en el mundo musical, ya que este festival que empezó sólo hace un año se está convirtiendo a buen paso en uno de los pioneros a nivel nacional e internacional.