Concierto descomunal de un músico con mayúsculas que aúna talento y sensibilidad por los cuatro costados. Estoy hablando de él. Y sólo él sabe como teje cada nota, cada palabra y la convierte en canción. Además de todo esto que tú y yo ya sabíamos el concierto de Antonio Vega nos sorprendió gratamente por su actitud, por su expresión, por sus ganas de comunicar, por su mirada. Esa que buscaba tanto a sus músicos para sentirse a gusto, feliz, realizando lo que mejor sabe hacer, su música, o lo que es lo mismo, su vida; como al público al que observaba con cercanía y con disfrute.

En el mejor concierto que he visto de Antonio Vega, con una acústica de la sala y sonido espectacular, se volvió a reunir con una banda de lujo que suena muy compacta a la que conoce y se complementa muy bien: los guitarristas Jorge d’Amico y Alberto Zapata, el bajista Luismi Baladrón, su fiel escudero a los teclados, Basilio Martí, y Santiago Muñoz a la batería. Por lo que el concierto fue muy rockero con tintes de pop, con gran presencia de las guitarras, que acogen a la perfección canciones como “De un lugar perdido” con la que inició el concierto, “La última montaña”, “Anatomía de una ola”, “Caminos infinitos” -único tema que sonó de su último disco ‘3000 noches con Marga’-, “Océano de sol”…, en los que la banda se recrea en un ejercicio de libertad artística.

Antonio recibía muestras de cariño de una sala que se llena cada vez que viene. A los gritos de aliento: “Antonio, qué grande eres”, respondía con humor “no le saco una cabeza entera al micro” o “me hacéis sentir como en casa, parecéis amigos de toda la vida”. El cantautor Paco Cifuentes fue el encargado de abrir el concierto y también compartió escenario con Antonio nada menos que en ‘El sitio de mi recreo’, tal vez su mejor re-creación.

Sin duda le ha venido bien la gira de retorno con Nacha Pop para volver a encontrarse con él mismo y con su público, poder liberarse y tener otra perspectiva más serena. Prueba de ello fue que esta vez sonrió cuando desde el público le empezaron a pedir “Lucha de gigantes”, que tanto le ha costado volver a mostrar. Esta vez sí se produjo el reencuentro de esta canción emblemática (‘deja que pasemos sin miedo’) que creó una atmósfera mágica en la sala.

El recuerdo de Marga aflora con “Me quedo contigo”, ese tema de los Chunguitos que Antonio lleva a su terreno y cantarnos ‘que soy muy feliz’. Con el cierre final en ‘Chica de ayer’ Antonio se dedica a disfrutar, cambia el Penta por Bikini (‘luego por la noche al Bikini a escuchar’) y se dejar llevar por un público que corea el himno de toda una generación.

Nos quedamos con la mejor versión de Antonio Vega que pasa por Bikini en un reencuentro consigo mismo y con su público.