Una Mala Rodríguez más despierta, más completa y más segura, nos dejó lo más bueno de ella en su actuación, en el Espacio Movistar el pasado 4 de abril. El público se dejó conquistar desde el principio, los que la conocen le fueron fieles y los que la descubrieron no se fueron de vacío. Con su tercer disco “Malamarismo” ha hecho que el hip hop-rap se abra a las masas y le ha servido, a esta reina MC, ha encontrar su propio equilibrio.

Tremendamente atractiva inició la entrega con una mezcla de sus mejores tesoros “Toca”, “Tengo un trato” y “Te convierto” con los que se adueñó rápidamente de la sala. Arropada por DJ Woody (que previamente al concierto nos dedicó una estupenda sesión de precalentamiento sonoro), los MC’s Kultama y Mahoma, los coros femeninos de Mariam Llanos Y de la VJ Marieta Petchaka, nos deleitaron con un repaso a su discografía, “Lujo Ibérico “y “Alevosía” sonaban entrelazados y alternados con su último trabajo “Malamarismo”.

Subida a unos tacones rojos de charol que le hacían mágica y con un teléfono móvil interpretó “En mi ciudad hace caló”, con lo consiguió alucinar al público. Después de “Con diez o con vente” y “Volveré” hizo un giro hasta la “La loca” y dejó paso a “Miedo” interpretada con Mahoma. Mostrando agradecimiento en cada momento recordó a los presentes que aquello era una fiesta y nos regaló “Por la noche” y “Nanai”, un canto inspirado en la libertad donde impera su lema “haz lo que quieras”.

En el concierto se fueron alternando las partes de mayor intensidad, todos en primera línea del escenario, lo cual contagiaba una tremenda energía al público, con otras partes más tranquilas y con diferentes propuestas sobre el escenario, ella sola, o con dúos ocasionales. Un extenso repertorio, con casi una treintena de canciones, donde Malicia amplia sus registros de r’n’b gitano, swing beat latino, proto dancehall y grooves jazzies, en los que ella se asoma con gran confianza y demostró encontrarse muy a gustito.

La despedida nos vino abrazada con “Tengo lo que tú quieres” y se fue encantada. Este imán llamado María venía a Barcelona para sentirse como en casa y así lo hizo.