Black Lips volvieron a Barcelona por segunda vez en pocos meses en el marco del mini festival Tinned Tin vs. Primavera Sound, celebrado en la Sala Apolo. El grupo más esperado de la noche descargó sus sonidos ruidosos delante de menos público del que se podía prever.

Justo tocada la media noche Black Lips subieron al escenario para lo que seria su concierto más tranquilo que un servidor haya presenciado hasta ahora: la banda entró con una actitud menos guerrera de lo usual y empezó el bolo con temas del último trabajo “200 Million Thousand”, que presenta menos canciones rompedoras que los anteriores álbumes.

No obstante el público conectó enseguida con el grupo al oír las ya clásicas notas de “Dirty Hands” y “Katrina”, del aclamadísimo “Good Bad Not Evil”, que fueron animando a los asistentes de una manera, todo sea dicho, mucho más calmada que en la anterior visita de los de Atlanta a la [2] de Apolo. Y es que la menor afluencia de público y la altura del escenario de la Sala Apolo dieron una sensación de distancia en los momentos menos emotivos del espectáculo.

La distancia quedó anulada en el momento que los de Atlanta tocaron uno de sus temas estrella, “Bad Kids”, coreado por todos los asistentes. Lamentablemente el tiempo a disposición de Black Lips fue una hora bastante justa y hubo espacio para poco más hasta el adiós al público con la divertidísima “M.I.A.”, largamente pedida para los asistentes, junto a otras muchas que no se pudieron oír.

Black Lips ofrecieron en definitiva un espectáculo diferente, mucho más relajado y enfocado a la música que en ocasiones anteriores, donde los chistes y las chicas bailando en el escenario tomaban mucho más protagonismo. ¿Es esto malo? No lo sé.

Seguramente Black Lips demostraron una madurez nunca vista hasta la fecha, aunque faltó un poco de chispa y un poco más de tiempo para poder disfrutarlos del todo.

Eso sí, por primera vez pude ver todo el bolo en primera fila sin tener que saltar todo el rato ni siendo constantemente empujado. ¡Y así también molan!