El ciclo de flamenco del Besòs nos ofreció uno de los platos fuertes de esta edición con la actuación en directo del cuarteto liderado por toda una institución musical como Carles Benavent. Junto a el, músicos de contrastada profesionalidad como son Jordi Bonell (guitarra), Ravid goldsmith (hang) y Roger Blavia (bateria y percusión). La salida a escena de este hombre, con todo lo que lleva a sus espaldas, en sus dedos más bien, cautiva los sentidos. En un principio hace acto de presencia junto a Jordi Bonell y Roger Blavia, desgranando piezas de su último álbum “Quartet”.

La presencia del sonido del bajo es el eje central en todos y cada uno de los temas que nos ofrecen, eso sí, queda lugar para el lucimiento tanto de la maestría de Jordi Bonell como la excelente ejecución a la batería de Roger Blavia, este no dejó pasar la ocasión de deleitarnos en algún pasaje de la actuación con la peculiaridad de tocar con las manos.

El cuarteto no se completó hasta la aparición de Ravid Goldsmith, aunque los otros tres desaparecían por el momento del escenario, para que Ravid nos presentara el hang, instrumento musical de percusión salido de laboratorio, hay quienes dicen que es la perfecta unión de arte, ciencia y tecnología.

Pero lo que ahora nos interesa es haber sentido un sonido lleno de belleza, casi místico y absolutamente cautivador, eso si el instrumento solo era la herramienta que estaba utilizando un hombre, que con todo su cuerpo emanaba música en mayúscula. Tras la presentación del hang, se volvía a reunir el cuarteto, y cada nota, cada acorde era perfecto porque en el escenario habían auténticos músicos que se deleitaban haciendo de la música lo que es algo inmenso.