Greg Dulli y Mark Lanegan, o lo que es lo mismo, The Gutter Twins, se presentaban de nuevo en Barcelona tras la gira que hace 10 meses les trajo para presentar “Saturnalia”, y su posterior visita a Vitoria hace 5 dentro del Azkena Rock Festival. Esta vez el show se presentaría como “An Evening with Greg Dulli & Mark Lanegan”, lo que hacía presagiar algo más tranquilo e intimista a lo observado en las dos citas anteriores.

Lo primero que se observa al entrar en la Sala Apolo es que la han llenado de sillas y que se advierte que el realizar cualquier foto o grabación durante el show será motivo de expulsión. Duke Garwood ejerce de telonero, bluesman inglés que se nos presenta sólo con su guitarra logra sacar tímidos aplausos, pero lo cierto es que resulta monótono y desangelado.

Para cuando Dulli y Lanegan salen a escena, la sala ha cubierto todas las sillas y se sitúan sentados frente a la audiencia con la compañía de Dave Rosser, magnífico guitarrista, mano derecha de Dulli en Twilight Singers. El formato acústico del bolo nos ofrece la música de estos dos maestros en una dimensión diferente a la mostrada en citas anteriores, por lo que resulta altamente disfrutable, se resaltan más las voces de ambos y el ambiente es mucho más cálido.

Empiezan con temas de Gutter Twins como “The Body” o “God's Children”, y poco a poco van echando la vista atrás para recuperar un buen puñado de temas del pasado. Así caen varias canciones del imprescindible “Whiskey for the Holy Ghost” de Lanegan, “River rise”, “Sunrise” y de sus otros discos en solitario, y varios temas de la anterior banda de Dulli, los Twilight Singers, “Twilite kid”, “The lure would prove too much”. Dulli lleva el peso de la actuación alternando guitarra y piano, y Lanegan se luce con esa voz inigualable. Pero el momento que hace que a servidor y a buena parte de los reunidos se nos ponga la carne de gallina, es cuando Dulli empieza “Summer's kiss”, de esa joya llamada “Black Love”, disco clave de los 90...servidor retrocede varios años en el tiempo y especula con una improbable reunión de The Afghan Whigs, aunque habrá que conformarse con los guiños que Dulli nos otorga en sus diferentes proyectos. La recta final del show alterna nuevas versiones de distinto pelaje, “All I have to do is dream” de los Everly Brothers, con incluso un tema cantado por Rosser “ Tennessee Waltz”, presentado por él en un perfecto castellano como “una canción del sur, de dónde yo soy”. Tras hora y media, los tres artistas se despiden ante un público que pide más bises, aunque Dulli recuerda que al día siguiente deben enfrentarse a “Those crazy basque motherfuckers”.

Así pues, otro bolo para el recuerdo de este par, los cuales nunca decepcionan se presenten en el formato que se presenten. Ahora, a esperar un nuevo disco de Lanegan en solitario después de varios años, y otro de Dulli al frente de Twilight Singers, y que se vuelvan a acercar por aquí, la calidad está asegurada.