Tras varios intentos frustrados, por fin pudimos disfrutar del directo de Warrior Soul en España, o de lo que es lo mismo, Kory Clarke y su grupo de acompañamiento. Tras el parón de la banda a mediados de los '90 y de los diversos proyectos del hiperactivo cantante (ese pepinazo llamado "New Rock Underground" de los Space Age Playboys, el grupo), el neoyorkino ha reactivado su banda principal con músicos berlineses, donde reside actualmente, harto ya de Londres, Nueva York y de medio mundo.

Una lástima la escasez de público, unas 200 personas para recibir por primera vez a Kory, a quien no le importa en demasía este dato, ya que lo suyo es dejarse su castigada voz en cada show, demostrando que es un frontman de pata negra, en vías de extinción a día de hoy. La banda no va sobrada de carisma precisamente, y se puede decir que cumplen su función, aunque el guitarra solista me pareciera algo patético a ratos, demasiada pose y arranques de furia poco creíbles. Aún así, mientras Kory se mueva como el divo enérgico que es y nos deleite con sus poses hard-rockeras, está claro que todas las miradas deben centrarse en él, y poco importa quién le cubra las espaldas.

El repertorio se basó en sus cinco discos de la primera mitad de los '90, los que convirtieron a Warrior Soul en un grupo maldito. Empezaron con "Superpower Dreamland" de su debut, del que también cayeron "Charlie Is Out Of Prison", "Downtown" o la decadentemente bella "The Losers". "Love Destruction" o "The Wasteland" nos hacen preguntarnos el por qué no se acercó más gente a Mephisto, y temas como "The Drug" o "Rotten Soul" nos recuerdan que este hombre parió uno de los mejores discos de los '90, el incendiario "Space Age Playboys", el disco, donde sacaron su vena más punk y donde encontramos temas perfectos para chillar puño en alto.

Todo no fueron recuerdos de la mejor época de Warrior Soul, hubo tiempo para que Kory desnudara su voz en la relajada "Cities, Scenes And Thieves", tema del disco de Space Age Playboys, el grupo, con el simple acompañamiento de uno de los guitarristas y para tocar "Fuck The Pigs", tema del álbum de retorno de la banda. Curioso ver como el cantante anima a sus compañeros durante el bolo, palmaditas y pulgar hacia arriba, dándoles a entender que lo están haciendo de puta madre, todo ello para completar hora y tres cuartos de un set-list similar a un "Greatest Hits" de la banda.

Con todo ello, fue un placer el poder disfrutar de este hombra tras tantos años escuchando sus discos. Es de agradecer que se siga trayendo a artistas que no deben caer en el olvido, y más teniendo en cuenta el magnífico estado de forma en que se encuentra Kory Clarke. Ahora, a esperar el bolo de su colega Michael Monroe, que con su espectacular banda nos debe brindar otra noche de salvaje Rock'n'Roll en la ciudad condal.