Critica del Barcelona Rock Fest en Parc de Can Zam (Barcelona/Santa Coloma de Gramanet) el 4 y 5 de Julio de 2014La mas completa agenda de conciertos y bares, asi como la biografia y discografia de los principales grupos que tocan en Barcelona.
    

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Barcelona Rock Fest
Parc de Can Zam (Santa Coloma de Gramanet)
04-05/07/2014

Texto: Sammy Tylerose
Cartel promocional

¡Qué más da si el cartel no está formado precisamente por tus bandas favoritas! Un festival metálico-rockero como el BCN Rock Fest es un auténtico acontecimiento en una ciudad como Barcelona, capital del indie, capital del techno, capital de la rumbita, capital de la sardana ... capital de cualquier cosa menos del rock n' roll. Ya has visto a Twisted Sister en 5 ocasiones y Manowar te dan grima... OK, pero en la próxima edición, o en la siguiente, la organización acertará de pleno y te acercará a 5 minutos de casa a ese par de bandas hard/heavy que te encantan. Un festival así es absolutamente necesario en la ribera del Besós, así que por muchos años, BCN Rock Fest. Y -subvenciones aparte- vista la asistencia de público, en especial en la jornada del sábado, la primera jugada no les ha debido salir mal.

El recinto de Can Zam, conocido por todos por las jaranas que celebra allí Justo Molinero, es ideal para un festival de tamaño medio, de dimensiones ligeramente inferiores al Mendizabala azkenero. Un escenario mastodóntico -imperdonable la ausencia de pantallas gigantes- para los peces gordos y una carpa de circo -con un sonido nada malo- para las formaciones secundarias, bandas tributo la mayoría. La restauración, deficiente, como es habitual en estos eventos. Eso sí, infinitas barras y una legión de camareros para suministrar cerveza aguada a la horda jebi.

Mi jornada del viernes empezó con los últimos temas del show de los Fear Factory catalanes, Ktulu. Referentes nacionales del metal industrial, en directo mantienen una buena pegada y las cervicales crujieron por doquier. Segundos después, Barón Rojo iniciaba su recital con un "Incomunicación" que sonaba de fábula. Uno de los grandes pros de este festival es que, aunque las bandas no se solapan, la música nunca para. Supongo que con Sherpa al micrófono -no he tenido el gusto-, Barón Rojo mejoran, pero los hermanos De Castro llevaron adelante un show más que digno. Buena puesta en escena y un repertorio abrumador: "Flores del Mal", "Con Botas Sucias", "Hermano del Rock N' Roll", "Concierto para ellos", "Cuerdas de Acero", su cover del "Pinball Wizard" de los Who... y como remate final, "Los Rockeros Van al Infierno"... ¡Su rollo es el ROCK!

Casino Montreux, fiel recreación de Deep Purple, gustaron y se gustaron. Tanto, que pidieron un bonus track a la organización, que, obviamente, no les concedió. Media horita da para poco, pero era el turno de Kreator -uno los big four del thrash germano junto con Destruction, Sodom y Tankard- y su infierno metálico. Hay que reconocer que aquello fue como una división de Panzers pasando por encima de nuestras cabezas, unas putas apisonadoras, pero tíos, yo sólo disfruto del género en su versión americana. Demasiada caña para mis oídos. Pero toda una mariconada comparados con Napalm Death. Al segundo tema ya me sentía como un preso de Guantánamo y huí despavorido de la carpa circense.

Con los Mojinos Escozíos no sabía que esperar. Conozco a El Sevilla por su faceta de bufón televisivo y me cae bien, pero no tenía clara la propuesta de su banda. Pues oye, los Mojinos son los Steel Panther patrios, joder, ¡sólo que en versión hard setentera! Sabía de su sentido del humor y, efectivamente, todos nos partimos el culo con sus ocurrencias, pero es que además esos músicos rockean muy duro. Sin paliativos, triunfadores del día. Bounce, resultón tributo a Bon Jovi, tomaron el relevo. El cantante parece un semifinalista de OT y su guitarra se parece más a Kim Thayil que a Richie Sambora, pero esos chavales pusieron la carpa patas arriba, acertando de pleno al centrarse en la era pre-"Keep the Faith".

No sé por qué, quizá influenciado por la reciente exhibición de El Sevilla, pero tenía a Fortu Sánchez por un cachondo y esperaba más monólogos hilarantes. Y no, para mi sorpresa, Obús fueron por faena. Una tras otra, con una disciplina ramoniana, en unas versiones endurecidas, fueron cayendo "Necesito Más", "El Qué Más", "Que te Jodan", "Dinero, Dinero" o "Prepárate". Profesionalidad intachable, pero Fortu sin decir ni buenas noches. Luego la cosa se distendió, el cantante hizo el pino, el solo de percusión a 8 manos impactó y ver a chicas encima del escenario bailar "Esta Ronda la Paga Obús" fue bonito, pero esperaba más de los madrileños. Quizá es que ya eran las 3 de la mañana y estábamos todos, ellos y nosotros, muy cansados.

Ya el sábado, Los Suaves dieron el concierto marciano del festival. Musicalmente son intachables, ese dúo de guitarras suenan tremendas, pero Yosi... ese hombre está en un plano astral diferente al nuestro y con su actitud provoca que estés más pendiente de su integridad física o de la siguiente salida de tono que del concierto en sí. Ya hace tiempo que sus fans viven días extraños. Con Alyanza, salvando las distancias cualitativas, me pasó un poco como con Kreator. Los chavales lo hacen bien, pero mis neuronas no asimilan correctamente el estilo. Teniendo en cuenta que el power metal me parece una penosa deformación de las bases que sentaron Rainbow o Judas Priest, Gamma Ray no me resultaron tan molestos como esperaba. Nunca seré fan, pero llegué a medio disfrutar alguno de sus temas. Ahora, esa versión en clave reggae del "I Want Out" de Halloween merece cárcel.

Los locales Mean Machine despuntaron en la carpa de circo. Todavía están verdes, pero descaradísimos y faltos de complejos, me encantaron con su crossover de los primeros Metallica, Motörhead y los más actuales Airbourne. Seguiré sus pasos. Twisted Sister protagonizaron el único retraso destacable en un festival marcado por la puntualidad. Echaron la culpa a Axl Rose y salieron a matar, pero 50 minutos de Dee Snider -con 59 años, más abdominales que Cristiano Ronaldo- se hacen muy cortos. Eso si, mientras pisaron el escenario, fueron el vendaval de siempre. "You Can't Stop Rock N' Roll", "The Kids are Back", "Burn in Hell", "Shoot 'Em Down", el bonito homenaje a Lemmy con "Born to Raise Hell" (¿os acordais del clip con Lemmy, Ice T y Whitfield Crane?)... y por supuesto, "I Wanna Rock" y "We're not Gonna Take It"/"Uevos con Aseite". Un repertorio así + Dee en plena forma = imbatibles.

Seek 'Em All nos recordaron, a través de fieles versiones, qué descomunales son los viejos temas de Metallica. La abarrotada carpa coreó y cabeceó como si James, Lars, Kirk y Cliff/Jason/Robert estuvieran encima de las tablas. El show "multimedia" de Manowar provocó división de opiniones: mientras unos nos frotábamos los ojos y nos doblábamos de la risa, viejos fans se cagaban en sus muelas y unos terceros defendían el espectáculo, argumentando que Manowar pueden hacerlo mucho peor... Si sumamos sus intermitentes apariciones en el escenario, la banda nos dio media hora larga de canciones en directo. Entre medias, como aquellos profesores vagos de instituto, nos pusieron películas por la pantalla y se largaron a mear, fumar un cigarrito, cenar, ver la tele... cada 10 minutos volvían a escena, un temita o dos y roadie, dale al play, ponles el vídeo del "making of" de "Warriors of the World" mismo, que nos volvemos a los camerinos. Ah no, espera, que ahora toca "solo" de bajo de 10 minutos de Joey DeMaio... Si alguna vez se rueda "Spinal Tap 2", sus responsables deberían fichar a Manowar de consultores.





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