Tras dos fenomenales álbumes como "Apocalyptic Youth" y el reciente "Riding A Black Swan" había expectación por ver lo que podían ofrecer los suecos Casablanca en escena. Prueba de ello es el traslado de la Sala Rocksound a Razzmatazz 3, donde unas 200 personas disfrutaron del nuevo proyecto del guitarrista californiano Ryan Roxie, colaborador a las seis cuerdas de estrellas como Alice Cooper o Slash. Afincado en Estocolmo ha reclutado a una banda de chavales, donde destaca la batería Josephine Forsman (Sahara Hotnights), para parir dos discazos de un classic-hard-rock ochentero que los ha traído por primera vez a España en una gira ininterrumpida de 10 fechas.

Basando su repertorio en su reciente LP, fueron cayendo durante algo más de una hora temas como los coreados “Hail The Liberation”, “No Devil In Me”, “It’s Alright” con un interludio guitarrero de Roxie con el otro nuevo guitarrista, que fue de lo mejor del bolo, “The Giant Dreamless Sleep” y temas de su debut como “Deliberately Wasted” con la que abrieron o “Love And Desperation”. Roxie lleva el peso del bolo, ya que junto con Josephine acapara las miradas, aportando carisma o ejecutando sólos delante de las primeras filas. Su cantante Anders canta muy bien, su voz encaja a la perfección entre los riffs del jefe, aunque lleva un rollo muy peculiar en escena, entre bromas tontas y bailes robóticos (¡?), descoloca bastante aunque acabara cayéndome bien. El bajista, compositor de gran parte de los temas y el nuevo guitarrista no van muy sobrados de carisma, cumplen y punto.

Para los bises, Anders y Roxie salieron primero para iniciar la melódica “Downtown” con esos punteos que sonaron a gloria, para posteriormente unirse el resto de la banda y llevar a todos a lo más alto mientras coreábamos el dulce estribillo. Y es que Roxie es uno de esos guitarristas que proliferaban años atrás, combinando fuerza, feeling, empatía y clase, a sus 49 años sigue involucrado en varios proyectos y nosotros que se lo agradecemos. Pisaron el acelerador con la cañera “Barriers” y nos hicieron levantar los brazos con la “catchy” “Rich Girl”, demostrando que saben facturar temas potentes pero también canciones donde combinan buenos coros y pegadizas melodías.

Al acabar, los presentes arrasamos con el merchandising, nunca había visto a tanta gente salir de un show con un vinilo bajo el brazo, y se notaba la sorpresa que los mismos Casablanca han experimentado por la respuesta de la gente en esta primera visita española. Esperemos que Roxie mantenga a la banda el mayor tiempo posible y nos regalen un par o tres de discos más con este nivel, la juventud de sus acompañantes sugiere que pueden hacerse más grandes en directo. Bandas como ésta son una rara avis a nivel internacional, aunque por tierras escandinavas lleve ya años siendo habitual que surjan, en diferentes ramas o estilos, grupos de cabecera para quienes nos gusta el rock’n’roll.