De nuevo aparecía Nacho Vegas tras el reflejo inventado de su idolatrado Nick Drake, para aposentarse de forma hierática en ese poco más de metro cuadrado del que no se acabaría moviendo en toda la noche.

Arrancaría con el ukelele y su “Libertariana Song” para empezar así a desmenuzar cada una de las canciones de su último disco “Resituación”; eso sí, haciendo rescates de viejas canciones con las cuales tomaría aire para poder convencer a un público que tras camisas de cuadros y vestiditos de flores parecían ansiosos por recordar canciones como “Nuevos Planes”, de esas épocas de “Desaparezca aquí”. La verdad es que al final del concierto me planteaba si la gente ya empezaba a vivir más de sus clásicos, y si tal vez los últimos discos se estaban convirtiendo en una obligación para aquél que necesita decir que aún hace canciones.

El punto álgido del concierto partía en el momento en que Nacho Vegas se permitía abandonar esporádicamente una guitarra donde esconderse y cantar, ya con ojos abiertos, esas nuevas canciones que pudieron haber estado escritas hace tiempo; como “Actores poco Memorables”, “La Vida Manca” o “Luz de Agosto en Gijón”, junto a aquellas que nos siguen haciendo vibrar aunque pase el tiempo como “Gang Bang”, “Michi Panero” o “La Gran Broma Final”.

Con lo que uno se va convencido de que tal vez esta nueva “Resituación” ha servido para retomar ideas que habían quedado alejadas en aquel olvidable “Como Hacer Crac”, y ahora con la incursión de nuevos toques de música tradicional junto a Lorena Álvarez, los cuales siempre han sido defendidos por él mismo; ayuda más al acercamiento de esos modernillos amantes de la música tradicional, porque queda cool. Paradójicamente, al salir de la sala, veía una camiseta estampada en la zona de “merchandising” con un claro “No Progre”.

Así que frente al “Progre” o “No Progre”, o el “Modernillo” o “No Modernillo”, Nacho Vegas nos sigue ofreciendo un buen directo a su manera de expresar la música; aunque a veces echas de menos que se contagie de la energía de Abraham Boba, para hacer llegar con más fuerza al público, lo que él siente.