La Fundación Tony Manero es una institución dedicada a la ayuda de todas aquellas personas damnificadas por la influencia nefasta de la música disco de los años setenta y todas sus consecuencias estéticas.

El fundador de esta institución, a la que además da nombre el reputado bailarín y coreógrafo italo-americano Antonio Manero, decidió dedicar sus esfuerzos a esta fundación en el año 1.987, al tomar conciencia del gran número de personas que había visto su vida destrozada por culpa de la moda disco. Su innegable participación en la eclosión de esta moda, no en vano “Saturday Night Fever” está inspirada en sus coreografías de adolescente, forzó esta decisión, y, desde entonces, la Fundación Tony Manero se ha extendido a cientos de países para ayudar a los miles de disco-adictos repartidos por el planeta.

Tras muchos años de investigación, el equipo médico de la Fundación Tony Manero ha desarrollado una terapia para ayudar a estos enfermos, consistente en un tratamiento de shock mediante una regresión total a la añorada década de los setenta. Así, al entrar en la Fundación Tony Manero, el disco-adicto se ve rodeado de toda la parafernalia estética de la cultura disco, además de poder disfrutar de una extensa discoteca, lecciones de baile e incluso talleres musicales. Este tratamiento intensivo ayuda al enfermo en algunos casos a aceptarse a sí mismo; en otras ocasiones, el enfermo consigue con esta terapia dejar de lado su adicción, exceptuando los momentos en qué está en la Fundación, lo cual resulta de gran ayuda a la hora de su reinserción en la sociedad.

Los disco-adictos con algún tipo de conocimiento musical pasan directamente al Taller Musical de la Fundación Tony Manero, donde se dedican a tocar canciones de la época. En la delegación de Barcelona se ha dado el caso que los miembros del Taller Musical han conseguido, tras casi tres años trabajando juntos en su terapia, un aceptable nivel musical, permitiendo a la directiva de la Fundación organizarles actuaciones en directo con las que consiguen, además de fondos para las actividades de la Fundación, cierta inserción en la sociedad.

Los disco-adictos con algún tipo de conocimiento musical pasan directamente al Taller Musical de la Fundación Tony Manero, donde se dedican a tocar canciones de la época. En la delegación de Barcelona se ha dado el caso que los miembros del Taller Musical han conseguido, tras casi tres años trabajando juntos en su terapia, un aceptable nivel musical, permitiendo a la directiva de la Fundación organizarles actuaciones en directo con las que consiguen, además de fondos para las actividades de la Fundación, cierta inserción en la sociedad.

Componentes

Sex Machine - Grandísimo vocalista de poderosa garganta
Miguelito Superestar - Vocalista y guru
Lalo López - Guitarrista con disco-adicción depredadora y agresiva
Arecio “Hot-Keys” - Síntesis analógica y teclados
Deliciosa Smith - Tremenda bajista transexual
Dany Amatulo - Trompetista y sex-symbol
Ginés Brown - Saxo y café
Solomón Rabinad - Batería autista
Ernesto “Wilson Santamaría” - Percusionista y perito sexador
Tom Jones - Trombonista pendenciero